lunes, diciembre 14, 2015

Ecuador el plan ideológico del capital internacional

Alianza PAIS y el plan ideológico 
del capital internacional
Tomado de Plan V

POR: Natalia Sierra
Catedrática de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica de Quito 

25 de Octubre del 2015

Es un signo de este viraje conser-vador la política prag-mática de los progresistas, que supuesta-mente supera disputas ideoló-gicas como que si no se supiera que ésta es la obje-tivación de la ideo-logía de la derecha". 

“Lo que me preocupa es que un Gobierno de 'izquierdas', entre comillas, aplique el memorándum, porque habla mal de la izquierda. Esto es lo que me da miedo. Pero si en el Parlamento y en la sociedad hay una fuerza que dice no, no tenemos que tener miedo de nadani nadie. La puerta a un Gobierno realmente de izquierdas está abierta en Grecia”  dijo Katerina Sergidou militante del Syriza.

A su tiempo, Habermas sostuvo que la llamada Troika (compuesta por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI) quería que el gobierno de Tsipras, gobierno de izquierda, se doblegue ante el sistema y aplique la política de ajuste neoliberal, hecho que supone un triunfo ideológico de la derecha mundial sobre la utopía de izquierda.

Poner de rodillas a un gobierno de izquierda ante los mandatos del capital internacional podría liquidar la esperanza de pensar  un mundo no capitalista. Uno de los frentes fundamentales de la dominación del capital es sin duda alguna el ideológico, pues la victoria ideológica sobre la izquierda significa cerrar la posibilidad de la transformación social e imponer la lógica de la valorización  como absoluta, es decir atemporal o ahistórica.

Se puede pensar, en base a lo sucedido en Grecia, que una de las estrategias del poder del capital en su guerra en contra de la humanidad es encerrarla y condenarla a vivir en su ideología materializada como orden económico mundial. Lo que el poder busca es impedir que el deseo de otro mundo abra la grieta ideológica necesaria por donde salir de la prisión planetaria, llamada globalización capitalista, y empezar a tejer otra manera de ser y existir.

Al mirar lo sucedido en esta última década en América latina, no queda duda de que el proyecto de los gobiernos autodenominados progresistas es parte del plan ideológico del capital mundial para proclamarse absoluto. En el caso particular del Ecuador, Alianza PAIS y su “Revolución Ciudadana” ha aplicado sistemáticamente la política económica del capital para la región a nombre de la izquierda.

Cada maniobra económica, política y cultural funcional a las demandas de la reproducción del capital era presentada como avance del programa “revolucionario” del correísmo. Incluso hoy, que la crisis económica, propia de las variaciones cíclicas del capital, desenmascara la farsa ideológica del progresismo ecuatoriano, los funcionarios del correato cínicamente siguen defendiendo su política económica, abiertamente sometida a las perversas recetas de estabilidad del FMI, como si fuesen parte de la ruta de la revolución de los pueblos. 

Al parecer creen que la memoria social es frágil y que no recuerda que  el FMI vela por la estabilidad del sistema financiero internacional, es decir del capital mundial y no del bienestar de la humanidad, como ya ocurrió en los años de la  larga noche neoliberal que falsamente cuestionan. Son tan atrevidos que no dudaran en decir que el FMI se ha transformado y ahora apuesta por la revolución. 

El plan ideológico consumado por el movimiento PAIS se comprueba cada vez que la derecha ecuatoriana se llena la boca hablando del fracaso del comunismo y del socialismo en el país, que supuestamente representa el proyecto de la Revolución Ciudadana. La presencia del capitalismo chino desde el inicio del gobierno correísta y el retorno del FMI aceptado por el mismo gobierno, supuestamente de izquierda, generan por decir lo menos serias dudas y cuestionamientos sobre la legitimidad de la ideología de resistencia ligada a la utopía de la izquierda latinoamericana.
Se pone así en grave riesgo la voluntad política de la sociedad de transformar la realidad en busca de un mundo más justo, más humano, por fuera de las coordenadas del capital.

Operada esta deslegitimación de la ideología de izquierda como deseo de otro mundo, se  puede producir un peligroso proceso de derechización y conservadurismo de la población, que frente al fracaso del “proyecto de la izquierda” apoyen la afirmación del capital como modelo social. Acaso eso no es lo que dicen ciertas voces que aplauden el proyecto de Alianza Público Privada o la presencia nuevamente del FMI, sin olvidar aquellas que apoyaba y siguen apoyando la relación económica del país con el capital chino. También es un signo de este viraje conservador la tan aplaudida política pragmática de algunos gobiernos progresistas, que supuestamente superan las disputas ideológicas de izquierda y de derecha en función de la técnica económica, como que si no se  supiera que ésta es la objetivación de la ideología de la derecha.  

Para finalizar, retomaré la idea de las últimas líneas dichas por Katerina Sergideu. Si aún en el seno de los pueblos diversos que habitan en América Latina hay una voluntad que dice no al capital y a sus jinetes de la muerte, no tenemos porque tener miedo de imaginar otro mundo más allá de él y de empezar a tejerlo.

Si tenemos voluntad de inventar nuestro destino no tenemos que tener miedo de reinventarnos como izquierda, de abandonar incluso ese nombre y muchos de los símbolos ligados a él que ya no nos permiten caminar. Lo que sí  no es posible permitir es que se cierre la grieta ideológica por donde abandonar la prisión capitalista y aceptar la facticidad ideológica el capital, es decir, no podemos permitirnos caer en la trampa ideológica ejecutada por el progresismo durante estos 10 años.

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