Mario Alejandro Valencia / @mariovalencia01 / 24 abril 2014
Voy a intentar explicar en 5 párrafos
por qué si usted es estudiante, empresarios o trabajador, no importa la
actividad que realice, los TLC arruinaron su vida. Y también dar algunas
sugerencias para arreglarla.
Probablemente usted ha oído hablar
muchas veces de los TLC y poco se ha interesado en conocer cómo afectan
su vida. Tranquilo, no es su culpa; el Estado ha hecho un trabajo
extraordinario para que no lo haga o para que crea que estas tres letras
le permiten comprar mercancías más baratas de otros países. ¿Quién se
opondría a esto?
Pues bien, los TLC no son esto, o mejor,
son mucho más. Si usted es estudiante, debe saber que los TLC que ha
suscrito Colombia con EE.UU., Canadá, Europa, México y los que quiere
implementar con Japón, China y Corea del Sur, tienen cláusulas que
impiden a perpetuidad que Colombia pueda hacer lo mismo que hicieron
estos países para desarrollarse. ¿Usted no estaría frustrado si un
tratado que negociaron a espaldas suyo, arrebatara la posibilidad de
copiar el éxito que permitió que otros prosperaran y tengan una vida
mejor? Es como si, no importa que saque 5,0 en todas sus notas,
su materia está perdida desde el principio. Así son los TLC.
Si usted es empresario, los TLC lo
obligaron a entrar en una competencia con los países más poderosos del
planeta. Un lector desprevenido dirá: ¿y qué tiene de malo competir?
Desde pequeños nos han enseñado que la competencia forja el carácter y
nos hace mejores personas. Claro. Pero las competencias, todas ellas, se
realizan por categorías. En la de los TLC, suponiendo una carrera de
100 metros, nuestro competidor ha recibido entrenamiento, está bien
alimentado, tiene los zapatos más avanzados y la pista está nivelada. En
cambio al competidor colombiano no le dieron entrenamiento, está
desnutrido, descalzo, su línea de carrera es un barrizal y le toca
empezar 50 metros atrás. Es decir, la posibilidad de ganar es 0,0. Ni
siquiera creyendo en Jorge Duque Linares lo logrará.
Si es trabajador, la buena noticia es
que ahora podrá comprar alimentos, electrodomésticos, tecnología y
vehículos más baratos. La mala noticia es que probablemente su empresa
ya quebró o está a punto de hacerlo, por culpa de los TLC. Por lo tanto
usted ya está desempleado, en el rebusque o va a estarlo. Seguramente
usted, como yo y millones de colombianos, va a los centros comerciales y
se lamenta de no poder comprar las mercancías muy baratas, porque el
salario solo alcanza para sobrevivir.
El modelo económico actual condenó a 47
millones de colombianos a vivir en uno de los países más desiguales del
mundo, donde la pequeña élite que se beneficia de los TLC vive como los
ricos de Manhattan y la gran mayoría que paga los costos vive como los
pobres de Haití. Sin embargo, hay soluciones: 1. No reelegir a Santos,
quien quiere firmar más TLC. 2. Exigirle al próximo presidente que
renegocie los TLC suscritos y detenga la firma de nuevos. 3. Hacer lo
que hicieron los países desarrollados, sin excepción: proteger,
incentivar y estimular su producción agrícola e industrial. Es el único
camino posible para hacer de Colombia un país del cual sentirnos
orgullosos y con riqueza suficiente para todos, como ocurre en países
como Alemania, Noruega o Suecia.
Fuente:TLCaldesnudo.com
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