Estudios de impacto de los Tratados de Libre Comercio en varios paíese como México, Perú Colombia muestran el fracaso para la economía de los paíeses y la vulneración de derechos a los pueblos.
Aqui un artículo en cifras del Polo Democrático en Colombia
TOMADO DE LA PÁGINA: http://polodemocratico.net/noticias/nacionales/10269-cuatro-anos-del-tlc-con-canada-una-vez-mas-las-cifras-estan-por-debajo-de-las-expectativas
Grupo Proindustria
Como se ha vuelto costumbre, los resultados de los TLC firmados por
Colombia durante los últimos años dejan un sinsabor sobre las falsas
expectativas creadas previamente y los sesgados análisis oficiales del
Gobierno Nacional. Cada acuerdo comercial que cumple un aniversario
muestra con creces que el modelo económico vigente fracasó. El caso del
TLC con Canadá no es la excepción.
Comercio de bienes
El comercio de bienes entre Colombia y Canadá no es significativo.
Las exportaciones colombianas a Canadá tan solo representan el 1.2% de
las exportaciones totales, mientras las exportaciones canadienses a
Colombia lo hacen en 0.09% de las de ese país. Incluso la participación
ha decaído durante los 4 años de TLC, puesto que en el 2010 las
exportaciones a Canadá participaban en 1.34%. Cualquier aumento (o
descenso como en este caso) en el comercio de bienes entre Colombia y
Canadá es marginal por el reducido margen de intercambio.
Aun así, las exportaciones hacia Canadá en el marco del TLC han
crecido muy por debajo de las importaciones, aumentando el déficit
comercial. Según las cifras oficiales del DANE y del Ministerio de
Comercio entre agosto de 2007 y agosto de 2011, las exportaciones
colombianas a Canadá sumaron USD$1.781 millones, mientras entre agosto
de 2011 y agosto de 2015, estas acumularon USD$1.968 millones. Es decir,
si se compara las exportaciones durante TLC y los cuatro años
anteriores, las exportaciones crecieron 12%, un aumento de USD$205
millones.
Sobresale que en el 2012 las exportaciones colombianas hacia Canadá
decrecieron 24 % y en 2013 lo hicieron en 16,5 %, dos años consecutivos
justamente después de la entrada en vigencia del acuerdo.
Según datos del ministerio de Comercio, Industria y Turismo, al
comparar los periodos de agosto de 2007 a agosto de 2011 y agosto de
2011 a agosto de 2015, el crecimiento se explica por los productos
primarios que aumentaron 10%, petróleo 51% y café 17%. Los productos que
disminuyeron fueron: carbón (-20%), productos agroindustriales (-13%),
industria liviana (-7%), productos editoriales (-69%), textiles (-86%),
metalurgia (-56%) y maquinaría y equipo (-17%).
En cuanto a las importaciones, durante los 4 años del TLC crecieron
38%, al pasar de US$3.102 millones a US$ 4.282 millones, es decir
crecieron más de dos veces que las exportaciones. Sobresale el aumento
de 78% de productos agropecuarios, 29% de industriales, 79% de industria
liviana, confecciones 32%, productos químicos 65% e industria
automotriz 55%.
Como consecuencia la balanza comercial, desde la entrada en vigencia
del acuerdo acumula un déficit de US$ 1.952 millones, igual al de los 9
años anteriores a la implementación del TLC.
Concentración de las exportaciones
Otro elemento referido en el último informe presentado por la
viceministra de Comercio Industria y Turismo (2014), es sobre la
supuesta diversificación de las exportaciones y los nuevos productos y
empresas exportadoras. Según el comunicado oficial uno de los factores
que ha contribuido a las exportaciones fue la diversificación dentro del
mercado debido a que en ciudades como Ontario (Canadá) “compraron por
primera vez productos como partes eléctricas de máquinas y de
remolques”.
Sin embargo, los datos demuestran que el TLC con Canadá se
caracteriza por ser un acuerdo enfocado casi de manera exclusiva al
sector minero-energético. La participación de las exportaciones de
bienes minero-energéticos a Canadá entre 2006 y 2014 se ha mantenido
constante en 60%. Si se analiza el Índice de concentración IHH , las
exportaciones presentan una baja diversificación. El IHH de Canadá es de
4.553 comparado con el IHH total de Colombia es 304. Es decir, las
exportaciones hacia Canadá están altamente concentradas en pocos
productos. Este Índice mide sobre una base de 10.000 unos rangos de
clasificación en el nivel de concentración, que puede ser: menor a 1.000
concentración baja, entre 1.000 y 1.800 concentración media, mayor a
1.800 concentración alta.
Si se analiza por empresas, se encuentra que las ligadas al sector
minero-energético representan el 3.2% del total de empresas exportadoras
a Canadá, pero concentran el 58.8% del valor exportado y el 97.3% del
volumen. Las industriales representan el 40.3%, pero solo el 5.7% del
valor y 0.2% del volumen exportado. Finalmente, las empresas del sector
agrícola y agroindustrial son el 61% del total de empresas, pero aportan
el 35.5% del valor y el 2.4% del volumen[1]. De esta manera queda
demostrado que el aumento de exportaciones de productos y empresas
nuevas no es significativo por la alta concentración.
La inversión extranjera de Canadá en Colombia
La inversión extranjera de Canadá en Colombia ocupa el quinto lugar
con 1.700 millones de dólares canadienses (unos US$ 1.532 millones)
acumulados durante el TLC, según Proexport. Colombia se ubica en la
posición 14 como destino de la IED nueva canadiense en el mundo. Cabe
resaltar que los sectores más importantes de inversión son carbón,
petróleo y gas natural, metales preciosos, sector inmobiliario,
hotelería y turismo, y energías renovables.
Los sectores de minería, comercio, inmobiliario y agricultura han
concentrado más del 92% de los flujos de IED canadiense en Colombia
entre 2008 y 2010. Para 2012 la minería ha concentrado el 39.2% de la
inversión, seguido de la industria, que representa el 22.3%, el comercio
y la hotelería con un 13.7% y el mercado inmobiliario con el 7.1%. La
misma viceministra anuncia que “hay una presencia más profunda de los
canadienses en Colombia, con inversiones e interés en sectores como
infraestructura, financiero, minero-energético, entre otros.” Incluso,
el ex ministro de Comercio de Canadá, Ed Fast, reconoció que los
sectores de especial interés para los canadienses son: defensa y
seguridad, minero y de petróleo y gas.
Las empresas canadienses establecidas en Colombia son principalmente
grandes empresas ligadas al sector minero-energético y financiero: La
empresa canadiense de extracción minera Greystar Resources (ahora
Eco-Oro), pretende extraer oro a cielo abierto en el Páramo de
Santurbán. La compañía canadiense de extracción minera Medoro Resources
en Marmato, Caldas. Pacific Rubiales Energy, Petrominerales Colombia,
Petrolifera Petroleum, Talisman Oil & Gas, todas vinculadas a la
extracción de petróleo en los llanos orientales. Otras firmas
canadienses de renombre en Colombia son: Scotiabank, Bata, Trican, SNC
Lavalin, McCain Foods (alimentos congelados), Brookfield y Genivar
(ascensores). Para el Ministerio, los acuerdos de libre comercio de
Colombia con otros países proporcionan a los industriales canadienses
acceso preferencial, entre otros, a mercados de automóviles, autopartes,
cosméticos y artículos de aseo, materiales de construcción, textiles y
prendas de vestir.
El crecimiento de la IED de Canadá en Colombia y la mayor presencia
de grandes empresas en el sector minero-energético y de servicios
financieros es visto como un elemento positivo para el Gobierno Nacional
y el ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Lo que olvidan y
omiten en su análisis es el efecto de esas inversiones sobre la economía
nacional.
La inversión extranjera canadiense tiene fama mundial por estar
vinculada a empresas de extracción de minerales con procesos de
violación de derechos laborales y humanos y graves afectaciones
medioambientales y sociales.[2] A su vez de permitir elevadas evasiones
fiscales y altas especulaciones con los commodities.[3]
Un aspecto fundamental sobre los efectos de la IED canadiense sobre
las economías receptoras es sobre el empleo. Es bien sabido que Colombia
se inscribe entre los países que reciben una mayor proporción de IED
dirigida al sector minero-energético (intensivo en capital), lo que
implica que los impactos sobre la creación de empleos directos es muy
poca. Por ese motivo, aun cuando los salarios de esos trabajadores
tienden a ser elevados, el mercado laboral no puede ejercer su rol en la
distribución primaria del ingreso. Esto ha sido corroborado por varios
autores que observan que la IED en America Latina tuvo efectos negativos
en el empleo, principalmente debido a las características de la IED
recibida.
De esta manera, la inversión extranjera de Canadá se ha especializado
en la minería extractiva, donde se crea el 85% de los puestos de
trabajo asociados a la IED de ese país, frente al 5% de servicios y 9%
en industria. Es decir, la IED de Canadá crea la mayor porción de
puestos de trabajo en el sector que menos empleo genera en la economía,
lo que indica que Canadá es uno de los países que menos empleo por
inversiones realizadas.
Así lo corrobora la CEPAL:“en el período comprendido entre 2003 y
2013 se observa que los proyectos de inversión procedentes de países
europeos contribuyen a cerca del 38% de la creación de puestos de
trabajo anunciada, los de los Estados Unidos al 27%, los de Asia al 17% y
los de América Latina al 9%. Las inversiones provenientes de Canadá tan
solo contribuyen al 6%”.
En síntesis, la IED canadiense en Colombia presenta más costos que
beneficios. No solo se caracteriza por la evasión de impuestos,
violaciones de derechos laborales y humanos, afectaciones
medioambientales, sino que tampoco crea empleo de calidad. Dentro de los
países que invierten en Colombia, Canadá es el país que menos aporta a
los 2.8 empleos que se crean en el país por cada millón de dólares
invertido. Una cifra muy inferior a la de países centroamericanos,
Brasil, Argentina y México.
Isagén: La venta de la generadora a una empresa canadiense
El pasado 13 de enero de 2016, la compañía canadiense Brookfield
Asset Managment se quedó con el 57,61% de una de las generadoras de
energía más importantes del país, al ganar una subasta en la que fue la
única participante ofreciendo $6,49 billones por la generadora. Las
acciones restantes, hoy en manos de accionistas minoritarios, están
obligados a vender su participación a la canadiense, quien podrá hacerse
con el 100% de generadora.
Brookfield reporta que maneja activos por US$ 225.000 millones en
Estados Unidos, Canadá, parte de Europa, y en Suramérica tiene presencia
en Brasil, con pequeñas hidroeléctricas, parques eólicos y plantas de
generación de energía con biomasa. En este último país, la Fiscalía
lleva varios años con la lupa puesta sobre Brookfield que es uno de los
inversionistas en bienes raíces más grandes del mundo. La investigación
inició a mediados del 2012 y la denuncia de haber pagado sobornos para
ganar permisos de construcción se concretó en el 2013.
Brookfield cuenta con 250 plantas de generación de energía, de las
cuales 207 son de hidroelectricidad. Asimismo, la compañía tiene 7.300
megavatios de capacidad instalada en los países donde opera y una
capacidad de generación de 25.766 GWh.
La entrega de la hidroeléctrica a la compañía canadiense configura
una violación de la soberanía nacional, por cuanto fue evidente que la
inmensa mayoría de los colombianos, partidos políticos, sectores
sociales y productivos se opusieron de manera abierta. Tanto el Gobierno
Nacional de Colombia como la empresa canadiense, omitieron las voces de
protesta, demandas constitucionales y procesos jurídicos que se
llevaron a cabo durante la venta.
Demanda de trasnacionales canadienses al Estado de Colombia
El segundo caso es de la conocida Eco Oro (antes Greystar), que el
pasado 7 de marzo, anunció que instauraría una demanda ante un tribunal
de arbitramento internacional por verse obstaculizada en explorar y
explotar oro a cielo abierto en el páramo de Santurbán, debido a la
reciente decisión de la Corte Constitucional que prohíbe estas
actividades en los páramos nacionales.
La empresa, que busca una “compensación monetaria por los daños”,
alega que se está incumpliendo con los acuerdos internacionales, en
especial el TLC entre Colombia y Canadá en el capitulo de inversiones y
la clausula de Expropiación Indirecta.
Queda claro que el TLC está echo a la medida de los intereses de las
grandes corporaciones y trasnacionales y en contra del interés nacional y
los trabajadores colombianos. Es evidente que en el acuerdo con Canadá
los grandes ganadores han sido las trasnacionales que han logrado
apropiarse de empresas estrategias del país, e incluso, demandar al
Estado colombiano y presionar la explotación de oro a cielo abierto en
un páramo. En términos comerciales el TLC tampoco ha sido beneficioso
para los colombianos, por que después de 4 años, el país le sigue
vendiendo los mismos productos a Canadá.
[1] La proporción no sumará 100% debido a que un mismo exportador puede registrar ventas de productos de sectores diferentes.
[2] Para profundizar en este tema se recomienda leer el documento:
Gonzales, Salcedo, Rangel (2011) “Impactos en los Derechos Humanos de la
implementación del Tratado de Libre Comercio entre Colombia y Canadá.”.
[3] En el caso de Pacific Rubiales revisar: Valencia (2013):“Política
minero-energética: Análisis del caso Pacific Rubiales” disponible
en:http://justiciatributaria.co/politica-minero-energetica-analisis-del-caso-pacific-rubiales/
Grupo Proindustria, Bogotá.
http://polodemocratico.net/noticias/nacionales/10269-cuatro-anos-del-tlc-con-canada-una-vez-mas-las-cifras-estan-por-debajo-de-las-expectativas
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