Han
transcurrido 20 años desde el inicio del TLCAN (Tratado de Libre
Comercio de América del Norte) y los daños que ha suscitado deben
motivar la suspensión del Tratado Transpacífico actualmente en
negociación
Por: Raúl Burbano, Kristen Beifus and Manuel Pérez-Rocha, 8 de Marzo de 2013, TheTyee.ca
Esta semana se ha llevado a cabo en Singapur la 16ava ronda de negociaciones del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, o Tratado Transpacífico (TTP). Es
la segunda ocasión que Canadá y México se han reunido con los otros
nueve países del TTP desde que el gobierno estadounidense invito a sus
aliados del TLCAN ha unirse el año pasado.
El
TTP es un gigantesco tratado de carácter expansionista, y es el más
grande de la llamada era de “la nueva generación” de tratados y
negociaciones de inversión. Los países del TLCAN lo procuran ahora
debido al estancamiento en la Organización Mundial del Comercio. Este
tratado multilateral posee serias amenazas para los pueblos de la región
de Norteamérica, y va a ser combatido por un movimiento tri-nacional
conformado por activistas en favor de la justicia en el comercio
internacional, quienes se están preparando para una posible ronda de
negociaciones del TTP que se llevarían a cabo en el mes de Julio en
Canadá.
Desde
que el TLCAN fue firmado hace ya casi veinte años, los tres países
norteamericanos han sufrido una disminución de buenos empleos, la
inequidad del ingreso ha empeorado, se han debilitados la prestación de
servicios públicos ya sea por escasa financiación o por la entrega de
estos al sector privado, se ha visto un aumento de la inseguridad
alimentaria (particularmente en México) y los ecosistemas han sufrido
graves consecuencias. Con el TLCAN se prometió una prosperidad
económica para Norteamérica que supuestamente beneficiaría a todos. Sin
embargo, en enero del 2014 el TLCAN cumplirá 20 años y las promesas de
derramas económicas para los pueblos no se han llevado a acabo.
Tres Naciones, Sin Ganadores
En los últimos diez años Canadá ha perdido 500,000 empleos en el sector manufacturero. El último reporte de United Way Toronto
encontró que en Toronto y sus alrededores, que conforman la urbe más
grande de Canadá, un 20% de sus habitantes se encuentran empleados en
condiciones precarias, inestables o con trabajos de tiempo parcial. Este
tipo de empleo ha aumentado en un 50% en los últimos veinte años. En
este mismo periodo no se ha conocido o implementando ningún programa
social relevante. El “libre comercio” ha erosionado de manera grave
nuestra percepción de cómo las personas pueden trabajar juntas por el
bien
común.
Actualmente,
Canadá esta enfrentado en tribunales internacionales demandas que
llegan aun monto de 2 mil 500 millones de dólares por parte de
corporaciones transnacionales. El TLCAN posibilita el que los Estados
sean sujetos a estos tipos de demandas, cuando los posibles ingresos de
las corporaciones se vean amenazados por leyes de seguridad, medio
ambiente o salud que afectan el libre desempeño de sus operaciones.
Entre las demandas recientes, se incluyen la de una corporación
estadounidense que esta desafiando un moratorioum a la fracturación (o fracking)
de gas natural en Quebec, la decisión de una corte para anular un
patente de Eli Lily, la decisión en contra de la apertura de una nueva
cantera de grava en Ontario debido a las consecuencias que pueden
afectar el agua y a las tierra agrícolas y muchas
otras.
Durante
1994 cuando el TLCAN entro en rigor, en México millones de pequeños
agricultores se vieron desplazados, desatando una migración masiva a los
Estados Unidos. El TLCAN le dio un gran golpe a México durante la
crisis financiera de 2008-2009 debido a la fundada dependencia de México
hacia los EEUU. De hecho, el periodo del presidente Felipe Calderón ha
sido caracterizado como el mas lento desde 1954, solo 1.58% en promedio
desde 2007 al 2011. Según indicadores del Banco Mundial desde 2007 al 2010 el PIB per cápita en México disminuyó en un 3.71 %,
lo cual fue catalogo como el peor desempeño en Latinoamérica, y todo
esto debido a la dependencia de la economía de México de las
exportaciones hacia Estados Unidos. México también enfrenta varias
demandas de empresas transnacionales, la mayoría estadounidenses, por
cientos de millones de dólares. Un caso reciente fue la victoria de la transnacional agroalimentaria Cargill sobre México por 77 millones de dólares.
Estados
Unidos, país que lidera las negociaciones del TTP, también se ha visto
afectado por el TLCAN. En febrero la AFL-CIO desmintió el que el TTP
ofrezca beneficios a los trabajadores, subrayando que el déficit del
comercio estadounidense “ha aumentado dramáticamente desde el TLCAN –de
75 mil millones de dólares en 1993 a 540 mil millones hoy en día (en
términos nominales).” La AFL-CIO afirma que desde el inicio de la
implantación del TLCAN “el crecimiento del déficit con México le ha
costado a los Estados Unidos 700,000 empleos.” La AFL-CIO en cambio,
está haciendo un llamado a un Nuevo Tratado Global que promueva el
crecimiento “con equidad, preservando la salud y la seguridad, al mismo
tiempo que garantice un desarrollo sostenible.”
La Nueva Generación de Grilletes
La
nueva generación de tratados comerciales y corporativos como el TTP y
los propuestos tratados de “amplia envergadura” que Canadá, EEUU y
México buscan con la Unión Europea pretenden inhibir nuestra habilidad
para alcanzar estrategias económicas distintas. Estos tratados están
diseñados para garantizar que los gobiernos no tengan poder en el
control de la economía, y que simplemente sean útiles para utilizar los
dólares de los impuestos para rescatar grandes bancos y otras
corporaciones.
Al
igual que el TLCAN, el TTP restringiría nuestra capacidad de
implementar regulaciones en áreas importantes como las finanzas, la
industria, el medio ambiente, contratación publica, y en crear programas
alternativos para crear trabajos desde los hogares. Los “libre
comercio” ofrece subsidios a los ricos y mete a todos los demás a una
competencia encarnizada. De esta manera, no es ninguna sorpresa que las
comunidades del hemisferio occidental se estén movilizando para luchar
en la venidera batalla en contra del TTP.
El
primero de diciembre, cientos de activistas en Canadá, Estados Unidos y
México en favor de los derechos laborales y comunitarios, por la salud
publica y la libertad en el Internet, se reunieron en el Parque del
Arco de la Paz en la frontera de British Columbia en Canadá y del Estado
de Washington en Estados Unidos. La declaración que emanó de este
encuentro estratégico de unidad Tri-Nacional ha sido firmado por cientos
de organizaciones que representan a miles de personas a lo largo del
continente.
Desde
el pasado primero de diciembre asociaciones transfronterizas, de
comunidades y ONG de Centro América y de todo Latinoamérica han
levantado las voces colectivas para oponerse al TTP. Esta oposición se
ha consolidado en la Cumbre de los Pueblos de Santiago de Chile- que fue
paralela a la cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados de
Latinoamérica y el Caribe (CELAC)- el pasado mes de enero, en donde se
reunió la sociedad civil para expresar y compartir sus preocupaciones y
desarrollar estrategias para detener este tipo de tratados. La sociedad
civil del hemisferio ha identificado al TTP como una “herramienta de desintegración”
para la región
ya que intenta desestabilizar los procesos de integración regionales
los cuales a su vez representan un obstáculo para el modelo neoliberal
inherente al TTP.
Estas
alternativas regionales incluyen a UNASUR, CELAC al igual que los
bloques económicos regionales de MERCOSUR y ALBA. El TTP ha sido
catalogado por América Latina como el Segundo intento de los Estados
Unidos para imponer en la región la fracasada Área de Libre Comercio de
las Américas (ALCA), contando con la ayuda de países cuyos gobiernos
están subordinados a los Estados Unidos bajo la ideología neoliberal y
economías de “libre mercado”.
Detener
a nuestros gobiernos para que no cometan mas daños con pactos que
defienden los derechos corporativos, como el TTP, tiene que ser una
prioridad de los pueblos de Norteamérica. Debemos demandar alternativas
más justas y un régimen comercial sustentable a nivel global. Los
tratados y las inversiones deben respetar y promover los derechos
fundamentales, el medio ambiente, la soberanía indígena, los derechos
laborales, incluyendo igualdad en los derechos de los trabajadores y de
las personas afrodescendientes.
Las
comunidades y los gobiernos locales necesitan de una manera activa
crear empleos con buenos salarios y prestaciones, de manera que no
denigren la dignidad de nuestras hermanas y hermanos a nivel global.
Gente rica, Comunidades pobres
Los
gobiernos deben de tener la capacidad de promover políticas publicas
responsables y de manera incluyente para el interés publico, sin tener
que temer a demandas catastróficas en tribunales de inversiones
excluyentes y a puertas cerradas, a espaldas de los afectados.
El
“libre comercio” hace de los ricos más ricos pero crean comunidades
pobres. Tenemos veinte años de evidencias con el TLCAN… no queremos
más!. Detengamos el TTP!! Firmando la Declaración de Unidad Tri nacional
en contra del Tratado Traspacífico. Para conocer más y unirse puede
entrar a www.TTPxborder.org.
Raul
Burbano es el director de Common Frontiers (Canadá). Kristen Beifus es
la directora de Washington Fair Trade Coalition y Manuel Pérez-Rocha es
miembro de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC) e
investigador del Institute for Policy Studies (IPS).
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