Sindicato
de Telefonistas
Ciudad
de México, 13 de junio 2012
La
Paz, Baja California Sur, 17 de junio de 2012
Más
de 200 mujeres representantes de 45 redes y organizaciones sociales y
civiles, 12 organizaciones sindicales así como mujeres provenientes
de Ecuador, Guatemala, Brasil, Perú, Nicaragua, Honduras,
Bolivia, El Salvador, México, India, Bélgica, España, Estados
Unidos y Gran Bretaña iniciamos nuestro trabajo del día de hoy
compartiendo las experiencias y estrategias que nos ayudan a
sobrevivir en medio de un sistema que atenta contra la vida humana y
del planeta.
Hacemos
constar que debatimos sobre un grupo ilegítimo y autoritario al que
no reconocemos, el Grupo de los 20 (G20) y analizamos sus acciones en
el contexto de una crisis multidimensional que este mismo grupo ha
agravado −sin voluntad política para solucionarla− y que
perpetúa la instrumentación de políticas que llevan a nuestros
países al desastre.
Las
políticas económicas y las decisiones financieras del G20 están
dirigidas a desmantelar las débiles políticas de protección a las
mujeres, a los derechos humanos de la población, de las y los
trabajadores, de las y los jóvenes y de las comunidades indígenas y
rurales.
También
reconocemos que estamos en un momento decisivo para la lucha de los
pueblos, a pesar de las crisis generalizadas del sistema capitalista
y patriarcal que nos agobian −climática, alimentaria, energética,
ecológica, política y social− y los derrumbes financieros que
dejan heridas en toda la humanidad y depredan nuestra Pachamama;
nuestra abuela, madre, hermana, prima, amiga Tierra.
Más
del 90 por ciento de la población mundial se encuentra en situación
extrema de pobreza y, en mayor porcentaje, las mujeres vivimos el
impacto de estas políticas con mayor índice de desempleo, pobreza,
exclusión, discriminación, explotación, desigualdad, violencia y
feminicidios. Por lo tanto, denunciamos:
- Que el modelo económico actual ha propiciado y exacerbado el fortalecimiento del crimen organizado y de la violencia institucional, avalando la militarización y criminalización de la protesta y los movimientos sociales; impactos que afectan gravemente las vidas de las mujeres y las familias de nuestros pueblos.
- La intromisión de la iglesia en la vida de las mujeres y exigimos eximirles del privilegio de no pagar impuestos.
- Que a pesar de tener leyes específicas de derechos de las mujeres, los aparatos judiciales de nuestros países no funcionan, dejando en la impunidad los delitos de feminicidio, por lo tanto exigimos se de castigo a los responsables y se ponga un alto inmediato a los feminicidios en México, Centroamérica y el mundo y el acceso a la justicia pronta y expedita para las mujeres.
- La violencia sicológica y física ejercida por las fuerzas de seguridad estatales, del ejército y policías contra las mujeres, su falta de sensibilidad ante las denuncias de violencia de género y la reiterada actitud machista y represora de algunos miembros, en ocasiones mandos, de policías y militares en países de Mesoamérica, África y Asia.
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