EN MINGA CONTRUYENDO
SOLIDARIDAD, ¡AVANZAMOS!
EL TERREMOTO - ECUADOR
Tras el terrible sacudón de la naturaleza que destruyó a casi
dos provincias enteras, la solidaridad del pueblo ecuatoriano se manifestó
espontánea desde el primer momento. Se
expresó en voluntariado para el rescate de cadáveres y sobrevivientes y en
donaciones otorgadas desde los niveles más pobres de la población.
Lamentablemente, el gobierno nacional que movilizó aunque
tarde a sus FFAA y su policía, optó por detener a los vehículos que se
trasladaban a los lugares del desastre, para conminarles a entregar los insumos
que se donarían, luego de lo cual enfundaban en bolsas con la etiqueta del
gobierno, y algo más grave aún, la ayuda no llega a todos los rincones
afectados.
Triste comportamiento de un gobierno cuya imagen hacia el
mundo exterior es la de un gobierno “socialista”.
A renglón seguido y con el pretexto de recaudar fondos para
la reconstrucción, eleva el IVA del 12% al 14%, impuesto que va dirigido al
consumidor, al pueblo llano. Todos
sabemos que el desfinanciamiento del Presupuesto General del Estado es
astronómico y que el gobierno busca dinero desesperadamente. Hay, pues, el
legítimo temor de que ese dinero y cualquier otro que se recaude, lejos de
destinarse a la ayuda al pueblo damnificado, sirva para llenar los huecos de un
presupuesto desfinanciado, fruto del despilfarro y la corrupción.
La propuesta de crear un Fideicomiso para el manejo de esos
fondos es respondida desde el discurso presidencial, como un intento de los
“notables” de la oligarquía para farreárselos. Como si no fuera perfectamente
factible conformarla con representantes de los trabajadorexs, los campesinxs, mujeres,
educadores y estudiantes de la patria.
A la propuesta de reducir el tamaño de un Estado inflado,
suprimiendo ministerios inútiles y prescindibles, la respuesta es que no los
hay. Para este gobierno es válido contar
con algún ministerio del Buen Vivir, que el pueblo ha calificado de ministerio
de la felicidad. Espacio en que la labor de los burócratas es ni más ni menos
que meditar.
Para completar el panorama, el Presidente, presente con mucha
actividad en los lugares del desastre, increpa a quienes gritan por agua y los
amenaza con apresarlos. Prohíbe llorar,
salvo que sea por los muertos, como si ante el desastre y la desolación debiera
imponerse límites a la expresión del dolor.
Las organizaciones sociales ecuatorianas, desde nuestras
convicciones seguimos adelante, comprometidas con el pueblo afectado, con
mujeres, niños y niñas que hoy más que nunca nos necesitan.
Con la solidaridad de nuestro pueblo y del mundo, avanzamos a
los lugares en donde no ha llegado ayuda.
MINGA POR LA RE
CONSRTUCCIÓN
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