La
VII Asamblea de la
Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE): “Luchas Sociales, Derechos Humanos y Educación: por
Democracias Fortalecidas y Ciudadanías Activas en América Latina y el
Caribe”, realizada en Quito entre el 10 y el 13 de abril de 2012, en el
marco de la llegada de un nuevo báktun de 5200 años para la población
Maya y otros pueblos originarios, contando con la participación de 89
personas de 18 países de América Latina y el Caribe, manifiesta que:
Las
últimas décadas en
nuestra región se han
caracterizado por la emergencia de nuevos movimientos ciudadanos y el
reposicionamiento de las luchas sociales, que han revalorizado el
carácter de la ciudadanía movilizada para reconfigurar el panorama
político de nuestros países. Las múltiples voces que se han alzado en
los últimos años en América Latina y el Caribe han tenido un mensaje
claro, han reclamado nuevamente la responsabilidad central del Estado
frente a sus obligaciones de respetar, proteger y realizar los derechos
humanos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y
ambientales de todos los ciudadanos y ciudadanas, y han cuestionado
profundamente las políticas y gobiernos que continúan dando mayor valor a
los mercados que a las personas.
El año pasado, mientras
florecía la Primavera Árabe y se fortalecían los Indignados en España, y
Occupy Wall Street en los Estados Unidos, en toda América Latina y el
Caribe se levantaron importantes movimientos
sociales, poniendo en el centro de los debates públicos el tema de la
educación. En Chile, Colombia, Brasil, República Dominicana, Paraguay,
Nicaragua, Puerto Rico y Ecuador, entre otros países, un sinnúmero de
personas salió a las calles para defender su derecho humano a la
educación. El clamor por la gratuidad y la reacción contra la
privatización de la enseñanza han estado entre las principales
reivindicaciones de estas movilizaciones de estudiantes, maestros y
maestras, y de personas que siguen exigiendo justicia social y mayor
compromiso de los Estados con sus responsabilidades.
Las
organizaciones de la sociedad civil que defienden los derechos humanos,
han mostrado a través de sus luchas, la capacidad que tienen para poblar
de sentido el orden democrático, fortalecer el debate público y
proponer cambios profundos. En la perspectiva de contribuir al
fortalecimiento de nuestras democracias, ratificamos nuestro compromiso
con
los procesos de consolidación de alianzas y construcción de propuestas
que multipliquen caminos hacia la justicia social y el pleno ejercicio
de los derechos humanos.
Denunciamos la creciente tendencia a
la criminalización de movimientos sociales, así como de sus activistas y
militantes, además de la represión violenta y autoritaria de
manifestaciones públicas y protestas legítimas y pacíficas llevadas a
cabo por docentes o estudiantes, en especial de los y las jóvenes.
Rechazamos la aprobación de leyes que limitan la expresión y la
participación ciudadanas.
El pleno ejercicio del derecho a la
participación tiene que ser exigido de modo sostenido por los
movimientos y organizaciones y garantizado por los Estados. Es
indispensable ampliar y mejorar los mecanismos de control público y
participación popular en el debate y toma de decisiones, asegurando el
respeto a los derechos humanos, a las contribuciones y voluntades
de todos y todas los/as ciudadanos/as. Esto incluye medios democráticos
y pacíficos de negociación y representación, que reconozcan las
organizaciones y movimientos sociales como interlocutores legítimos en
los procesos de debates y tomas de decisión y en donde el disenso sea
reconocido como legítimo. Es urgente ampliar y fortalecer el espacio de
lo público y posicionar con fuerza el carácter político de nuestras
luchas.
Por ello, afirmamos el derecho a la información y a la
comunicación para todos y todas, garantizando la libertad de expresión
ejercida por toda la ciudadanía, incluyendo a los niños y niñas más
pequeñas. El derecho a la información plural, diversa, independiente, de
interés público. La construcción y el fortalecimiento de sistemas de
medios en los que el desarrollo de medios públicos, privados y
comunitarios sea igualitario, garantizando así la pluralidad de voces y
con ella, el fortalecimiento de
nuestras democracias. Los medios de comunicación como espacios de
defensa de los derechos humanos. En contra de toda forma de
representación mediática discriminatoria, que viole la dignidad humana.
Una
educación pertinente, relevante, transformadora, crítica, debe tener
como fin máximo la promoción de la dignidad humana y la justicia social y
ambiental. La educación, derecho humano promotor de los demás derechos,
debe asumir a niños, niñas, jóvenes y personas adultas como sujetos del
derecho, promover la interculturalidad, la igualdad, la equidad de
género, el nexo entre ciudadanía y democracia, el cuidado y relación
armónica con la naturaleza, la eliminación de toda forma de
discriminación, la promoción de la justicia y la construcción de una
cultura de paz y de resolución no violenta de los conflictos.
En
consecuencia denunciamos la concepción del ser humano como capital
humano, y de la educación como
instrumento al servicio del mercado, con el fin de impulsar la
empleabilidad, tendencia que viene consolidándose a nivel mundial. Tal
concepción instrumental y economicista, está acompañada de procesos de
privatización y alianzas público-privadas, de la competencia entre los
sujetos de la comunidad educativa y de la estandarización de contenidos,
objetivos y mecanismos de evaluación de estudiantes y docentes. La
CLADE rechaza las evaluaciones estandarizadas, acompañadas de mecanismos
de premio y castigo especialmente para los y las docentes y defiende la
urgente valorización de los y las trabajadoras de la educación.
Asimismo, la CLADE defiende el desarrollo de indicadores de realización
del derecho humano a la educación, que reflejen todas sus dimensiones,
yendo mucho más allá de la visión reduccionista e instrumental que
caracteriza el actual modelo de evaluación.
La CLADE defiende
la no-discriminación en cualquier espacio
de la vida cotidiana, social, cultural, política, económica y la
educación como espacio privilegiado de transformación social hacia la
igualdad. Consideramos prioritario avanzar de manera sustancial en el
trabajo en torno a la superación de todas las formas de discriminación,
en especial la discriminación de género. Es urgente profundizar el
análisis crítico y las propuestas concretas de transformación de
sistemas educativos coloniales y patriarcales, fortaleciendo una
pedagogía de la diversidad, que promueva la libertad y la autonomía
En
el marco de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible Rio +20, que
tendrá lugar en junio de 2012, la CLADE reafirma de manera contundente
nuestro rechazo a la mercantilización de la vida y a la imposición de un
único modelo desarrollista que hace invisibles otras formas de entender
la vida como aquella que se orienta a una armonía con la Madre Tierra,
pachamama, basada en la
complementariedad de los derechos económicos, sociales y culturales de
los pueblos.
Deploramos la visión de la naturaleza como
capital destinado a la inversión privada y al lucro, base ideológica de
la denominada economía verde cuyos postulados fortalecen la noción de
educación instrumental y por lo tanto, invisibilizan e inviabilizan la
noción de la educación como un derecho humano.
Hacemos un
llamado a los gobiernos que se identifican con estos principios y
posiciones, a una articulación por el respeto de los derechos de la
naturaleza, los derechos de la Madre Tierra, los derechos humanos, en
especial el derecho humano a la educación.
El
calendario Maya apunta a la llegada de una nueva era para la existencia
del universo. En este contexto, la CLADE reafirma que la realización de
los derechos humanos en la sociedad y en el aula, y del derecho a la
educación, solo podrán darse en un contexto de democracia
fortalecida y de ciudadanía activa. Frente a un escenario complejo, con
múltiples tendencias adversas, la CLADE seguirá apostando por la lucha
colectiva, por la reapropiación del espacio público, el debate crítico y
las propuestas creativas como estrategias de cambio hacia la dignidad
humana y la justicia social y ambiental.
Quito, 13 de abril, Día Nacional de Maestros y Maestras en el Ecuador