1.
ANTECEDENTES
(Resumen ejecutivo)
1.1
CONTEXTO DE LAS
NEGOCIACIONES
1.1.1 CONTEXTO ECUATORIANO
Luego del regreso a
la democracia en 1978, los movimientos sociales diversos del Ecuador fueron reconstituyendo su plataforma política
para consagrar en el marco jurídico y garantizar en la práctica los derechos
humanos individuales y colectivos, así como los derechos de la naturaleza que llevan
implícito el derecho de toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad a
defenderla. Lo cual ha implicado una resistencia activa, organizada y
argumentada de la sociedad frente a procesos regionales y bilaterales de
integración subordinada, como el ALCA y
los TLC, por ser instrumentos que convierten en ley los postulados del
modelo neoliberal, conllevan pérdida de soberanía, explotación de la naturaleza
y de la fuerza de trabajo, dependencia de la exportación primaria, pérdida de
biodiversidad y el exterminio de formas de vida y de producción,
comercialización e integración comunitarias, solidarias, sustentables y
sostenibles que son defendidas y propuestas desde la vivencia y la reflexión
por los pueblos ancestrales, comunidades campesinas y sectores populares
urbanos.
Tres décadas de
dinamizar la transformación social, permitieron a los movimientos sociales,
armar y posicionar una plataforma de lucha exigiendo la salida de la OXY, el
fin del convenio de la Base de Manta, la derrota del proyecto ALCA, la No Firma
del TLC con EEUU llevó al país hacia un proceso constituyente indetenible pese
a la oposición de grupos de poder político y económico, a la presión de
empresas transnacionales a través de negociadores y embajadores, e incluso a
cierta apropiación del discurso político con fines meramente electorales.
Como parte de su
Plan de Gobierno[1], en el contexto electoral, el buró
político de Alianza País ratificó de forma pública y oficial su compromiso de
no firmar TLCs y fomentar el desarrollo de una propuesta de integración de los
pueblos, posición que ha sido ratificada en el documento de Alianza País
“Programa, Estrategia y Táctica del cambio Político”[2].
De hecho, el economista Rafael Correa Delgado ratificó durante y después de la
campaña electoral su convicción política
de no firmar TLC[3]
incluso de forma oficial y programática como en el Acuerdo Patriótico firmado con la FENOCIN el 22 de
septiembre de 2006[4].
De igual forma,
durante las elecciones primarias para elegir los y las representantes populares
a la Asamblea Constituyente, diversos partidos políticos y movimientos sociales
se comprometieron públicamente a impulsar ejes prioritarios que logren plasmar
en la nueva Constitución las fundamentales exigencias sociales, entre ellas la
posición de no firmar Tratados de Libre Comercio[5][6][7] en el marco de la construcción del Buen Vivir.
Documento completo: https://docs.google.com/open?id=0B9o6rEg7TF-dMjlEZzBscmFZclE
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